Recuerdo
haber leído este cuento hace unos 3 años al dar con el libro “Cuentos
Memorables Según Jorge Luis Borges”. Al terminarlo anote sobre el cuento
(sacrilegio): "Al morir ¿Podemos escapar
de nuestros tormentos o hasta después de muertos nos persiguen?" El impacto
provocado por el libro es profundo y de un placer exquisito, el mismo Jorge Luis
Borges mencionó:
Me
piden el cuento más memorable de cuantos he leído. Pienso en "El
escarabajo de oro" de Poe, en "Los expulsados de Poker-Flat" de
Bret Harte, en "Corazón de la tiniebla" de Conrad; en "El
jardinero" de Kipling —o en "La mejor historia del mundo"—,
en "Bola de sebo" de Maupassant, en "La para de mono" de
Jacobs, en "El dios de los gongs" de Chesterton. Pienso en el relato
del ciego Abdula en "Las mil y una noches", en O. Henry y en el
infante don Juan Manuel, en otros nombres evidentes e ilustres. Elijo, sin
embargo —en gracia de su poca notoriedad y de su valor indudable— el
relato alucinatorio "Donde su fuego nunca se apaga", de May
Sincalir.
Recuérdese
la pobreza de los Infiernos que han elaborado los teólogos y que los poetas han
repetido; léase después este cuento. (“Por qué eligió este cuento Jorge Luis
Borges",El hogar, 26 de julio de 1935).
DONDE SU FUEGO NUNCA SE APAGA - MAY SINCLAIR
No
había nadie en el huerto. Con prudencia, sin hacer ruido con la aldaba, Harriet
Leigh salió por el portón de hierro. Siguió el camino hasta el cerco, donde,
bajo el saúco en flor, la esperaba el teniente de marina Jorge Waring.