sábado, 18 de febrero de 2017

DONDE SU FUEGO NUNCA SE APAGA - MAY SINCLAIR

Recuerdo haber leído este cuento hace unos 3 años al dar con el libro “Cuentos Memorables Según Jorge Luis Borges”. Al terminarlo anote sobre el cuento (sacrilegio): "Al morir ¿Podemos escapar de nuestros tormentos o hasta después de muertos nos persiguen?" El impacto provocado por el libro es profundo y de un placer exquisito, el mismo Jorge Luis Borges mencionó:
Me piden el cuento más memorable de cuantos he leído. Pienso en "El escarabajo de oro" de Poe, en "Los expulsados de Poker-Flat" de Bret Harte, en "Corazón de la tiniebla" de Conrad; en "El jardinero" de Kipling —o en "La mejor historia del mundo"—, en "Bola de sebo" de Maupassant, en "La para de mono" de Jacobs, en "El dios de los gongs" de Chesterton. Pienso en el relato del ciego Abdula en "Las mil y una noches", en O. Henry y en el infante don Juan Manuel, en otros nombres evidentes e ilustres. Elijo, sin embargo —en gracia de su poca notoriedad y de su valor indudable— el relato alucinatorio "Donde su fuego nunca se apaga", de May Sincalir. 
Recuérdese la pobreza de los Infiernos que han elaborado los teólogos y que los poetas han repetido; léase después este cuento. (“Por qué eligió este cuento Jorge Luis Borges",El hogar, 26 de julio de 1935).
DONDE SU FUEGO NUNCA SE APAGA - MAY SINCLAIR
No había nadie en el huerto. Con prudencia, sin hacer ruido con la aldaba, Harriet Leigh salió por el portón de hierro. Siguió el camino hasta el cerco, donde, bajo el saúco en flor, la esperaba el teniente de marina Jorge Waring.

sábado, 11 de febrero de 2017

FLORES SILVESTRE - ERSKINE CALDWELL

Erskine Caldwell (1903 - 1987) fue un escritor estadounidense, desde muy niño por las labores de su padre se movilizo de uno a otro de los estados del Sur de Estados Unidos, lo que le llevo sentir de primera mano los sufrimientos de la gente de Georgia y demás del sur de EEUU, Su Gran preocupación por los menos favorecidos es lo que se plasma en sus principales obras. 
Flores Silvestres (Wild Flowers) es una cuento corto de Erskine Caldwell, fue publicado en 1983 como parte un compilado de historias que lleva el nombre de Southways. Flores Silvestre, no es uno de los cuentos más conocidos de Erskine, es más basta buscarlo por Internet para no encontrar mucho rastro de él, sin embargo es de aquellos cuentos que te llevan la reflexión por lo profundo del mismo.

FLORES SILVESTRE
El sinsonte que se había posado sobre el tejado durante toda la noche llenando el aire frió con su música, había desaparecido al amanecer. Había un silencio profundo y tan misterioso como la planicie arenosa que se extendía millas y millas en todas las direcciones. Las sombras sobre la arena blanca empezaron a juntarse bajo los árboles y alrededor de los postes de la cerca, y difundían por el suelo el follaje de las ramas y los tablones difusos de la valla de madera.

miércoles, 8 de febrero de 2017

CORAZONADAS - MARIO BENEDETTI

Mario Benedetti, uno de los más grandes poetas y literatos de latinoamericana, en una entrevista a "El Tiempo" mencionaba: "Nunca me olvido de ninguno de mis cuentos, porque cada uno de ellos me da mucho trabajo. Es el género que me da más trabajo, tanto que a veces he demorado once años en escribir un libro de relatos. El cuento es un ejercicio muy duro, donde uno no se puede tomar respiros ni desmayos, como en la novela."
El siguiente es uno de mis cuentos favoritos, por lo cómico, real y de mucho aprendizaje, del mismo rescato la siguiente frase: “No pretendo nada, porque lo que yo querría no puedo pretenderlo”
CORAZONADAS 
Apreté dos veces el timbre y en seguida supe que me iba a quedar. Heredé de mi padre, que en paz descanse, estas corazonadas. La puerta tenía un gran barrote de bronce y pensé que iba a ser bravo sacarle lustre. Después abrieron y me atendió la ex, la que se iba. Tenía cara de caballo y cofia y delantal. “Vengo por el aviso”, dije. “Ya lo sé”, gruñó ella y me dejó en el zaguán, mirando las baldosas. Estudié las paredes y los zócalos, la araña de ocho bombitas y una especie de cancel.

miércoles, 1 de febrero de 2017

CANIBALISMO EN LOS VAGONES DEL TREN - MARK TWAIN

No me considero un asiduo lector, soy flojo y muy caprichoso con las lecturas, puedo pasar días sin encontrar un solo libro que me motive a leerlo, suelo obsesionarme con lecturas fuertes a vistas de otros o peor aún suelo obsesionarme con un escritor (Lo sigo, lo busco, lo leo, hasta que que me siento complacido), Por lo que no me definiría como un buen lector solo uno que busca un poco de paz y escape de este mundo.
Este año decidí entregarme plenamente a los cuentos, en agradecimiento a mi abuelita Victoria, los mejores cuentos que he podido escuchar y entender han sido producto de mi poco sueño de niño y su gran paciencia para complacerme. Considero que hoy amo la lectura gracias a sus relatos, hoy me gusta leer también gracias a mi abuelito, por su obsesión con la historia del Perú, hoy en día leo gracias a ellos, por su capacidad de inventarme historias y demostrarme que solo se requiere tener espíritu de superación para sobresalir (ambos juntos no sumaban una primaria entera pero me inspiraron e impulsaron a conocer incontables mundos).
Como es un año de cuentos, en la busqueda de ellos me tope con una contraporta : “Me gusta una buena historia bien contada. Por esa misma razón, a veces me veo obligado a contarlas yo mismo." Una persona capaz de decir ello simplemente es sorprendente (algunos pueden decir sobervio) pero al leer muchos de sus cuentos uno puede notar que Twain es un viajero de mundos, un transportados para sus lectores, de su compilado de cuentos considero el mejor de todos el "Canibalismo en los Vagones del Tren", encontrarlo en Internet puede resultar difícil es así que lo comparto para que todos puedan disfrutarlo plenamente como yo lo hice.
CANIBALISMO EN LOS VAGONES DEL TREN
Recientemente estuve en Saint Louis, y al regresar hacia el oeste, después de cambiar de tren en Terre Haute (Indiana), subió en una de las estaciones del trayecto un caballero de aspecto benévolo y agradable, de unos cuarenta y cinco o cincuenta años, y se sentó junto a mí. Estuvimos hablando animadamente durante más o menos una hora sobre temas diversos, y encontré que era un hombre extraordinariamente divertido e inteligente. Cuando se enteró de que yo era de Washington, empezó de inmediato a preguntarme acerca de varios cargos públicos y de los asuntos del Congreso, y enseguida me di cuenta de que mi interlocutor era un hombre muy familiarizado con los entresijos de la vida política en la capital, e incluso de los procedimientos, costumbres y actitudes de los senadores y representantes de las Cámaras de la Asamblea Legislativa. En aquel momento, dos hombres se detuvieron cerca de nosotros durante un instante, y uno le dijo al otro: