Recuerdo que leí de John Coetzee por el año
2010, cuando buscaba información sobre los últimos premios Nobel de
Literatura, en ayuda a unos jóvenes en su curso de Lengua y Literatura, él lo
ganó el año 2003, sin embargo el premio nobel de literatura para ese año ya
había dejado de ser una referencia de buenos escritores, por lo que lo
pase por alto.
En los últimos meses me encontré divirtiéndome y viajando
entre libros de Haruki Murakami, J. Katzenbach y diversos cuentos, hasta que
una amiga en son de broma me dice: “Lee
a Coetzee: Desgracia, Juventud e Infancia. Luego cómprame muchos libros en
agradecimiento.”… Siempre tomo nota de las recomendaciones de un autor o libro, a menos que sea de autoayuda, así que decidí tomarme un giro en lo que leía e ir en búsqueda de
algún libro de Coetzee, no sé si a ustedes les suceda pero para mí la
búsqueda de un libro es agotadora pero placentera y reconfortante, necesito de
mi tiempo, entre tanto trance me decidí por Verano.
Verano forma parte del cierre de la trilogía “Escenas de una
vida de provincias” formada por Infancia, Juventud y Verano, trilogía que
engloba la autobiografía del propio Coetzee (real o fantasiosa nunca se sabrá).
Verano tiene 7 partes y la historia gira en torno a un periodista
que recopila información de Coetzee (escritor ganador del nobel que ya ha fallecido
en la obra) de los años 1972-1975, recurriendo a apuntes del Propio Coetzee y a
cinco personas que fueron importantes para él durante ese periodo de años.
La primera parte y última parte son apuntes fechados y sin
fechar del propio Coetzee, respectivamente. De la segunda a la sexta parte se
compilan entrevistas a diversas personas (Julia, Margot, Adriana,
Martin y Sophie) que han sido importantes para Coetzee.
Los relatos son intensos, duros y crueles en algún momento,
mostrando a un Coetzee, poco sociable, con muchas riñas familiares, problemas
para ser aceptado, con una fuerte posición o rechazo hacía la política. Coetzee sabe que
ninguna historia, por más ficticia que pueda ser, escapa de la realidad de la
sociedad por ello los temas como como la infidelidad, amor entre familiares,
política social, amor obsesivo, poca identidad social son el plato fuerte de
esta obra.
Julia, fue la amante de Coetzee, una mujer casada con un hombre negocio, una mujer que por complacer a su marido tenía compartir su vida continuamente con personas vacías, llenas de nada. En su lucha a tantos acosos de los socios de su marido, descubre que este le es infiel, sin embargo no puede cortar con todo lo que tiene. Julia no se haya como mujer, siente que ha perdido el don de la seducción hasta que en su camino se cruza Coetzee, un hombre sin mayor atracción y anhelo, con él cual se enfrasca en una aventura amorosa. Coetzee explora la hipocresía de la sociedad, la infelicidad e infidelidad de muchos matrimonios.
En Margot, hay un cambio en el modo de relato, con el fin de darle un aire más atractivo y divertido. Margot es la prima de Coetzee y en la entrevista da detalles sobre una relación amorosa que nunca llega a realizarse por los tabúes de la sociedad. Un amor prometido desde niño que termina caducando en el momento que por fin puede realizarse, por la dejadez de Coetzee. Coetzee explora en esta historia la relación tan negada y tan ocultada del amor más allá del filial entre familia, entre primos, así como el odio y desgaste de las propias relaciones familiares.
Adriana, en lo que recuerda de su pasado con Coetzee, ella vivió una continua disyuntiva, el temor de que el profesor de lengua inglesa, Coetzee, seduzca o se aproveche de su hija mejor, la más bella, y los continuos acosos del mismo hacía ella. Adriana detalla lo poco atractivo, y no en lo físico, si no en lo personal de Coetzee, lo define como un hombre débil, solitario sin mayor prospecto con la mujeres.
Adriana, en lo que recuerda de su pasado con Coetzee, ella vivió una continua disyuntiva, el temor de que el profesor de lengua inglesa, Coetzee, seduzca o se aproveche de su hija mejor, la más bella, y los continuos acosos del mismo hacía ella. Adriana detalla lo poco atractivo, y no en lo físico, si no en lo personal de Coetzee, lo define como un hombre débil, solitario sin mayor prospecto con la mujeres.
En cuanto a la sección de Martin, colega de Coetzee, se explora algunos relatos de Coetzee relacionados a Martin y la experiencia del mismo cuando compartió cátedra con Coetzee, de esta parte rescato la referencia a 3 grandes poetas (Neruda, Whitman, Stevens).
Sophie, para mi la parte que más me impactó e interesó de la obra, Shopie, un ex amor de Coetzee, se resiste a hablar de su romance con él, sin embargo da a relucir el fuerte pensamiento político (apolítico) de Coetzee en cuanto a los movimientos de izquierda, comunismo, el asilo de los propios sudafricano y la misma política en sí, considero que el mejor desborde de intelecto Coetzee lo realiza en esta sección.
Simplemente una obra majestuosa, cautivadora,
desde el comienzo ya no quieres parar, Coetzee no escribe para complacer a un
grupo de lectores, es claro que el escribe por que tiene a tope su intelecto y
este le desborda, en cada historia del libro aprendes algo o reflexionas sobre
una realidad. Al acabar de leer no sabrás
si los relatos fueron verídicos o
ficticios, pero de que cada uno de ellos, son reales en alguna parte del mundo,
lo son. Toca ahora ir por más, lamentablemente en en todas las librerías de Lima "Infancia" esta agotado,
así que terminar la trilogía, demorará un poco más de lo que desearía.
EXTRACTOS
“...Un desconocido te invitaba a comer y luego te llevaba en su coche a un chalet en la playa, propiedad de un amigo y del que resultaba que tenía la llave, o a un hotel en la ciudad, donde ser realizaba la parte sexual de la transacción. Entonces, al día siguiente, el hombre te telefoneaba para decirte lo bien que lo había pasado contigo y cuánto le gustaría verte de nuevo el próximo mates. Y así seguían las cosas, un martes tras otro, las discretas comidas, los episodios en la cama, hasta que el hombre dejaba de llamarte o ti dejabas de responder a sus llamadas. Y a la suma de todo ello se le llamaba tener una aventura...”
“...Un desconocido te invitaba a comer y luego te llevaba en su coche a un chalet en la playa, propiedad de un amigo y del que resultaba que tenía la llave, o a un hotel en la ciudad, donde ser realizaba la parte sexual de la transacción. Entonces, al día siguiente, el hombre te telefoneaba para decirte lo bien que lo había pasado contigo y cuánto le gustaría verte de nuevo el próximo mates. Y así seguían las cosas, un martes tras otro, las discretas comidas, los episodios en la cama, hasta que el hombre dejaba de llamarte o ti dejabas de responder a sus llamadas. Y a la suma de todo ello se le llamaba tener una aventura...”
“...El afirma que hay un tabú sobre el trabajo manual por parte de los blancos, pero ¿y el tabú sobre los primos de sexo contrario que pasan la noche juntos?”
“...El afirma que hay un tabú sobre el trabajo manual por parte de los blancos, pero ¿y el tabú sobre los primos de sexo contrario que pasan la noche juntos? ...”
“...Es un hombre débil- replique- Un hombre débil es peor que un mal hombre. Un hombre débil no sabe dónde detenerse. Un hombre débil está indefenso ante sus impulsos, te sigue a dondequiera que lo lleves. ...”
“...No, no era neutro. Solitario, No estaba hecho para la vida conyugal. No estaba hecho para la compañía de las mujeres...”.
“...Coetzee era un solitario, lo era de un modo antinatural...”
"...No, en Absoluto. A John le gustaba mucho la poesía exuberante, expansiva: Neruda, Whitman, Stevens. Recuerde que, a su manera, era hijo de los años sesenta..."
“...Creía que la política hacía aflorar la peor de la gente y que también sacaba a la superficie a los peores tipos de la sociedad...”
“...En opinión de Coetzee, los seres humanos jamás abandonarán la política porque esta es demasiado conveniente y atractiva como un teatro en el que representar nuestras emociones más innobles. Las emociones más innobles abarcan el odio, el rencor, el despecho, los celos, el deseo de matar y así sucesivamente. En otras palabras, la política es un síntoma de nuestro estado de degradación y expresa ese estado...”
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